lunes, 30 de enero de 2017

Banderitas




“Todo mundo ponga en su imagen de WhatsApp la bandera de México, pídanle a sus conocidos que lo hagan; la intención es hacer ruido, no cuesta nada, yo ya lo hice"…

Y ya todos la pusieron. En su muro de Facebook, o en su perfil de Twitter o en su foto de Whatsapp. Ya todos estamos muy unidos, ahora sí, como decían en los ochenta, “México es uno, uno es México”. Ahora sí nada ni nadie podrá contra nosotros, México es más fuerte de lo que nosotros mismos pensamos. Nosotros mismos, como unidad, como país, como compatriotas, somos inquebrantables. Ese maldito masiosare va a saber de qué estamos hechos.

Mexicanos al grito de guerra para defender al país de cualquier ataque que venga de fuera. El Presidente de México, Enrique Peña Nieto, ya tiene el apoyo de todas las fuerzas políticas del país, así como de los sectores privado y popular. Nos unen muchos lazos familiares, somos hermanos de sangre, ¡somos uno mismo! ¡Uooh!

El huracán Trump ha provocado en todo México un absurdo embate de nacionalismo barato. Estamos enojados, eso es muy claro. Y entonces ponemos banderas, nos sumamos a los bloqueos y creemos que estamos muy unidos. ¡Ajá!  Todo ese numerito debería ser de a de veras, con actitudes, con acciones, no nada más en las redes, donde, por cierto, todos somos muy felices, creativos, caritativos, emprendedores, decididos y perfectos. Además de poner banderas en nuestros perfiles, hagamos realidad esa solidaridad colectiva. Seamos otros en el entorno laboral, demos lo mejor, no seamos doblemoralinos, cambiemos la actitud, ayudemos al que lo necesita, apreciemos nuestros productos sin crear un veto a las empresas foráneas que se mantienen de la fuerza laboral mexicana. Otorguemos reconocimiento al trabajo de nuestros artesanos pagando, quizá, un poco más de lo que nos piden. Reconozcamos el trabajo de todos aquellos que nos dan servicios y dejemos propinas. Ellos viven de eso.

México necesita en este momento una sociedad activa que proyecte el empuje y los cambios que inician en el actuar de cada uno de nosotros. Fomentemos cambios y transformaciones reales para evitar los nacionalismos de ficción. En este momento necesitamos acciones tajantes, de fondo, no banderitas en redes sociales.

Obituario: Cuando pensábamos que en el mundo no habría otro tipo más imbécil que Trump, llega Netanyahu y nos sorprende...

lunes, 16 de enero de 2017

Vende caro tu amor, Carmen Salinas



En la fenomenal – y ya clásica, de culto- obra de teatro titulada “Aventurera”, el monólogo de Carmen Salinas era el momento más esperado, porque la santa señora se llenaba la boca con su crítica política y social. Era una especie de “Palillo” alternativa. Igual regañaba a los candidatos de los diversos partidos, que les mentaba la madre a los legisladores, a los gobernadores, al presidente en turno y a toda la clase política. Era implacable. Hay qué decir que también muy simpática. Es barrio, trae esa vena graciosa que cae bien. Ella es como uno, es del pueblo, es la “corcholata”, es la madrinita que todos quisiéramos tener. Con sus zapatitos de tacón galleta. Es a toda madre pues. Por eso la gente aplaudía, se reía, festejaba y se regocijaba con cada una de las frases que aventaba. 

Sin embargo, ahora esta simpática señora es diputada federal, además es plurinominal –lo que significa que nos quitaron el privilegio de NO votar por ella-. Ahora es parte de la maquinaria que tanto criticaba. Ahora todas las estupideces que escupió le están cayendo en la cara. Gana 148, 558 pesos al mes –como buena aventurera, vende caro su amor-, claro, por no hacer nada. Bueno sí, se duerme en las sesiones y sigue lanzando frases lapidarias, nada más que ahora de allá para acá. “Era necesario todo lo sucedido porque ya no podía estar el gobierno subsidiando tanta gasolina, el que tenga coche, que lo mantenga, no hay de otra, carnal, de todas formas no se acaba el tráfico”. 

“Aventurera”, se re estrena el 14 de febrero y Carmen Salinas ya está lista, ya hizo su monólogo en el que, según dice,  se burla hasta de su diputación. Ajá, se burla de su diputación y se burla de todos nosotros. ¿Qué credibilidad puede tener alguien así? ¿Cuál será el contenido de su nuevo monólogo? Burlarse de uno mismo es bien fácil, pero ¿será capaz de decir lo que decía antes? ¿Será capaz de apuntar sus misiles hasta arriba? Yo no lo creo. Porque, eso sí, Carmen Salinas de tonta no tiene un pelo.

Obituario: Luis Videgaray va a la cancillería a aprender, no tiene experiencia, ni sabe un carajo, pero está muy dispuesto… ¡Ah, ok, ya estoy más tranquilo!

lunes, 9 de enero de 2017

¿Quién los manda?



“Los que convocan a participar en saqueos no son ciudadanos, son raterillos o porros pagados por el gobierno para disminuir las protestas contra el #Megagasolinazo”, decía un mensaje que me llegó por whatsapp hace unos días.

Y ya ven ustedes, las redes y su inmensa sabiduría que nos empapan de conocimiento y nos dan la luz que necesitamos para despertar. Ahí, se dice que el único que gana con estos hechos –los saqueos- es el mismo gobierno que se veía atemorizado por las movilizaciones contra el aumento a la gasolina, al mismo tiempo le da la posibilidad de sacar al ejército a las calles, ahora sí, a reprimir, pero no a los delincuentes, sino a los que luchan, a los activistas, a los hombres de buena voluntad. Según Twitter y Facebook, el fin, al sacar al ejército a la calle y militarizar al país, no es terminar con el delincuencia, ni con el saqueo, sino con la protesta social. Solamente es el prólogo de una lucha más encarnizada y sangrienta. ¡Maldito gobierno represor! 

Teorías hay muchas, pero detengámonos a pensar un poco… Con todo el malestar social que existe, ¿está el gobierno federal para patrocinar saqueadores? ¿De verdad le sirve? ¿O quizá le conviene a alguien más que una bola de ratas infundan y difundan la histeria y la sicosis? Digo, opositores hay por todos lados. Cualquiera puede armar un grupito de choque y desvalijar un Oxxo en nombre del pueblo adolorido. Cualquiera puede reclutar quince Kevins y diez Bryans para asaltar a la mamá Lucha mientras gritan consignas contra el mal gobierno. Cualquiera. Entendámonos bien, a veces los mandan, pero otras veces se mandan solos. Y la ocasión se pinta calva. Si el río está revuelto los que ganan son los pescadores.

Y otra cosa, los atracos tienen como fin –según dicen- que se nos olvide el gasolinazo, desviar la atención y pasar la página. Ajá, sí. ¡Pues cambien de estrategia, porque yo, y seguramente usted también, amable lector, lo tengo bien presente cada que en el tablero de mi coche se enciende la luz de reserva!

Obituario: Otra vez tengo fe… #PorLaNovena