martes, 25 de agosto de 2015

Virgilio, el amigo

Aclaración: Esta columna no incluye los típicos lugares comunes que he leído en todos lados. Que si bajó al infierno y que el inframundo y que de la mano de Dante y que no sé qué, nada más porque el tipo tuvo a bien llamarse “Virgilio”.

Mi Virgilio, responsable, sagaz, comprometido, lúcido y muy avispado –como es, pues− terminó la tarea. Le habían encargado que investigara si había conflicto de interés en las jodidas casitas esas de dos pesos que compraron la preciosa y muy distinguida primera dama y el secretario de hacienda, don Luis. La conclusión fue que no, no hubo conflicto. No hay nada, todo bien. Punto final, ya, dejen de ladrar perros, que estamos avanzando… ¡Esos son amigos y no pedazos! Ya lo dijo Len Wein, “El verdadero amigo es aquél que está a tu lado cuando preferiría estar en otra parte”. Y ése, ése, señores, es mi Virgilio…

Sin embrago, el señor presidente salió a ofrecer una disculpa, misma que nadie le pidió. Peña Nieto dijo que la auditoría de la Secretaría de la Función Pública demostró que él y su esposa actuaron “apegados a la ley”, pero ofreció una disculpa pública por actuar de una manera que generó desconfianza en gran parte de los mexicanos… ¡N’ombre Quique, ni te preocupes bro, no pasa nada! Eso sí, Excusatio non petita, accusatio manifesta. O como vaya.

Ahora, ¿de verdad había por ahí algún ingenuo que pensara que Virgilio iba a encontrar algo? La realidad es que no necesitaba ni buscar, toda la información está ahí, a la mano, en algún escritorio, solo le hubiera hecho falta pedirla. Pero no, no le pagan para eso, al contrario. Su deber es agarrar su escoba y su recogedor, levantar la alfombra y meter toda la basura debajo del tapetito. Y él, responsable, sagaz, comprometido, lúcido, muy avispado y con sus caireles de niño bueno –como es, pues− terminó la tarea. ¡Muy bien amiguito! Seguro se ganó una estrellita en la frente.

Lo preocupante aquí es que la clase gobernante sigue pensando que somos imbéciles. Y lo peor es que sí nos comportamos como imbéciles, porque se ríen de nosotros a todas horas y en cada momento. Y todavía salen a pedir disculpas. Chale.

Obituario: Elba Esther quiere salir de la cárcel, de veras, no se piensa escapar… ¿Y los demás presos de más de 70? Ah, pues muy fácil: ¡que se jodan!


jueves, 20 de agosto de 2015

Nuevo reglamento, más (y mejor) corrupción



Imagínese: usted va manejando su coche y se encuentra en cualquiera de las siguientes situaciones: 

Excede los límites de velocidad, ajá, esos que nadie respeta. Maneja con el celular en la mano y parece romano de la antigüedad. Invade un paso peatonal y no deja pasar a los Baetles. Se estaciona en lugares para discapacitados, así como hacen muchos que son solapados por los lavacoches o por los oficiales de seguridad privada. Transita por zonas escolares y no reduce su velocidad, como si fuera posible pasar por esas preciosas zonas. Usa el claxon para un fin diferente de su función o provoca ruido excesivo con el motor (sí, yo puse la misma cara que usted).

¡Hágame usted el favor! O sea que vamos a quedar al siempre acertado criterio de los oficiales de tránsito. Esos que hacen de un semáforo una fiesta. Esos que tienen la cultura y la educación de los caballeros ingleses. Dios nos agarre confesados, quiero llorar.

Con este nuevo reglamento que, curiosamente, entra en vigor el 16 de diciembre de este año, no podrá usted decir ni “pío”. Las multas aumentaron y la corrupción estará corregida y aumentada. Si al oficial se le ocurre que está usted haciendo mucho ruido con el motor y/o el claxon podrá correr hasta su vehículo y propinarle una bonita sanción de 699 pesos…

−¡No oficial! ¿Cómo que ruido excesivo?
−Sí, mi cuate, está usted atentando contra los oídos de todos los demás ciudadanos. Hay que acatar el reglamento.
−Chale, no me chingue poli.
−¡Cómo que “no me chingue”! ¡Otros 2097 pesos de multa por insultarme!
−¡Pero “no me chingue” no es insulto!
−Claro que sí, el reglamento es muy claro y la multa aplica si insulta, denigra o golpea a un policía de tránsito. Y usted me insultó re gacho… ¡Jálele! O bueno, quizá nos podemos arreglar, pero ya no es como antes amigo. Ahora sí se puso más cabrón…

¡Gracias Miguel Ángel! Tan lindo como siempre…

¡Ah! Y si usted conduce un microbús ya no podrá subir o bajar pasaje en el segundo o tercer carril… ¡Já! Eso sí que es gracioso.

Obituario: Detuvieron en Tlatelolco a tres asaltantes de 9, 11 y 13 años… Los papás exigen su libertad. Dicen que violaron los derechos de los niños. Ya no entendí.

martes, 11 de agosto de 2015

Bronco, no estoy loco





El gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón invitó ayer a Andrés Manuel López Obrador a renunciar a los 120 millones de pesos que recibirá el partido Morena este año, como una lección de patriotismo para los mexicanos… ¡Tómala!

“El Bronco” (a ver si no le quitan el apodo, como a mi Lupe Esparza) en su misiva, le pregunta al mesías tropical si “ha considerado continuar en esta lucha democrática, pero sin el uso de los recursos públicos que reciben los partidos”.

¿O sea cómo? ¿Devolver la lana nada más así como así? Vamos por partes:

“Ésta no es la lucha del quítate tú porque quiero yo, no nos mueve la ambición del poder por el poder, ni la ambición al dinero, lo que queremos es transformar a México. Ése es el objetivo que tenemos, eso es lo verdaderamente importante, no los cargos”, dijo mi Peje cuando fundó su Morena.

Ajá. Sus palabras suenan sinceras, comprometidas, llenas de credibilidad. Pero, sobre todo, frescas, muy frescas.

Hasta donde sé, el señor López Obrador no trabaja. No tiene ninguna labor remunerada. Ya sé que sus seguidores dirán que su labor es “defender a la patria de la mafia en el poder que quiere arrebatarnos la soberanía y los recursos y nuestras libertades y se quieren quedar con el país entero y bla, bla, bla…”

Porque desde que dejó el gobierno capitalino no sabemos de qué vive don Andrés. De algo debe sostenerse ¿no? Digo, mantener por lo menos cuatro casas no es cosa menor. En una vive con los hijos de su primer matrimonio, en otra, mucho más lujosa, con su nueva esposa y su otro hijo, también tiene un condominio horizontal de lujo en Villahermosa y otra en un rancho, en su natal Macuspana. Y ya no hablemos de los gastos de sus hijos, las escuelas y las camionetas de lujo. No, eso no cuesta.

Él ha dicho que recibe donativos y que la ayuda de la gente que lo ama y que cree en sus nobles ideales le da para vivir.

Por lo pronto, con su Morena tiene una preciosa comodidad que ya quisiera cualquiera… Todos nosotros, con nuestros impuestos, le vamos a completar sus 120 millones de pesos (por año) para que él continúe manteniendo su cínica necedad. A nadar de muertito por el resto de la vida. En fin, AMLO, ese mexicano “brillante” que pasó de líder a líder perpetuo, y de ahí a propietario privado de los destinos de millones de fuerzas vivas en un asombroso acto de prestidigitación democrática… ¡Bravo por él! Eso es lo que este país, con todas sus broncas, necesita.

¿Devolver 120 millones de pesos a los ciudadanos (por año), sería una gran lección de patriotismo ante los ojos de los mexicanos? ¡Por Dios Jaime! ¡Tú estás chiflado!

Obituario: “Lo que pasa en la Narvarte, se queda en la Narvarte”. Palabras sabias del gobernador Duarte (salió verso sin esfuerzo).

jueves, 6 de agosto de 2015

Dudas razonables



“Pórtense bien”, les dijo el gobernador de Veracruz a los periodistas de aquella entidad. Semanas después aparece asesinado Rubén Espinosa, quien por cierto, varias veces expresó estar amenazado por el mandatario jarocho. Nadia Vera, otra de las mujeres ejecutadas, también temía por su vida y responsabilizaba a Javier Duarte por lo que le pudiera suceder.

El resto es de todos conocido. Sin embargo me surgen varias dudas razonables,  ¿de verdad creen tan tonto al gobernador de Veracruz? ¿En serio creen que se echaría a la uña una ejecución de ese tamaño? ¿Así de violenta y, sobre todo, escandalosa? ¿Por qué ejecutar a un periodista y a una activista que ya habían salido corriendo de su jurisdicción? ¿Y para qué rematar con las otras tres personas? ¿De veras estaba tan enojado? Por eso, como dijo José Alfredo: “Aunque quisiera yo, no puedo comprender, no sé, no me lo explico”. 

Porque el señor Duarte puede ser todo lo siniestro que ustedes quieran, pero no es tan idiota. Su horno no está para este tipo de bollos.

Pero ¿quién sabe? Quizá sí tuvo algo que ver. Quizá se le adelantaron. Quizá no y la cosa viene por otro lado. Quizá la pista sea la colombiana de identidad desconocida. Quizá nunca lo sabremos. Y con nuestras perspicaces autoridades, dudo muchísimo que todo se aclare.

Por lo pronto cinco familias lloran una pérdida irreparable. Por lo pronto nadie sabe, nadie supo, como siempre…

Obituario: El presidente Peña se va de vacaciones, ¿esa es buena o es mala noticia? He ahí otra duda razonable.

martes, 4 de agosto de 2015

Con todo y tiro de gracia



Rubén Espinosa se fue de Veracruz porque lo tenían amenazado. Denunció tales intimidaciones por todos lados y decidió refugiarse en el D.F.

El pasado fin de semana el fotoperiodista de Proceso fue hallado muerto junto con otras cuatro personas en un departamento de la colonia Narvarte. Los cinco cadáveres presentaban signos de tortura y diversas heridas provocadas con armas blancas, tres de ellas mostraban huellas de abusos sexuales y todos recibieron el tiro de gracia. Las líneas de investigación por parte de la PGJDF indican que se trató de un robo.

Sí claro, un robo, con el típico modus operandi de los asaltantes a casa habitación. Entran, amenazan, atacan, hieren, torturan, violan y disparan en la frente. ¡Ah! Y ya luego se llevan los objetos de valor.

No señores, no se confundan, no somos tan idiotas. ¿Por qué de todos los cuentos que se pueden inventar se chutan el más estúpido? Podrían decir que se mataron entre ellos, que de las manos pasaron a los golpes, que fue el mayordomo o hasta la más simple escusa del crimen pasional… Pero no, nada de eso, fue un robo. Un simple, vil y villano robo.

Un robo con toda la saña del mundo, un robo con tintes políticos, un robo con dedicatoria a todos los que ejercen el periodismo crítico. Un robo que duele y duele mucho. Un robo que nada más no nos podemos explicar…

Obituario: Veracruz: ¡qué lejos quedaste de todo aquello por lo que suspiraba mi Agustín!