martes, 30 de junio de 2015

Trump, el imbécil



A diferencia de muchos paisanos de aquí y de allá y de acullá, yo no estoy enojado con don Donald Trump (famoso magnate estadunidense) por sus ya conocidos dichos y hechos…

Yo, más bien creo (bueno no, estoy seguro) de que el tipo es un imbécil: El término “imbécil” es un adjetivo calificativo que se emplea con alguien que es poco inteligente, torpe o que tiene un comportamiento poco pertinente. También se utiliza para referirse a una persona que molesta a otros tanto haciendo como diciendo tonterías… ¡Y ese es mi Donald!

Vamos viendo si no. El señor quiere ser presidente de los Estados Unidos, un país lleno de mexicanos, latinos, negros, rojos, blancos, cafés, verdes y migrantes de todos colores, mismos que se han convertido en la llave para entra a la Casa Blanca (la de Washington, la de a de veras). Debemos entender que si lo que quiere este baboso es despachar en la sala oval, lo primero que debe hacer es quedar bien con toda la población antes mencionada. Aunque sea de dientes para afuera. Ése debería ser su propósito. Pero no, el tonto se dedica a insultar y a despotricar en contra de miles y miles de potenciales votantes. Conclusión: El voto latino se fue con su música regional a otra parte.

Es de risa loca, seguro se le zafó un tornillo, si es estrategia no la entiendo por ningún lado. De verdad es estúpido. Ya perdió la relación con Univisión, la NBC también lo mandó al carajo. Celebridades en todo el mundo le siguen mentando la madre. Se lo ganó y se lo seguirá ganando. Ni modo.

Yo más bien creo que el señor del elegante peluquín, citando a Christian Martinoli, por un minuto de fama hace cualquier cosa. ¡Lo que sea! Le gusta la marquesina y los focos. Está chiflado. Le encantaría ser una de las Kardashian, Kim o Bruce (ahora Caitlyn) Jenner. Estaría fascinado. 

Es un imbécil, y seguro necesita un abrazo. Mi Donald tiene todo, menos amor (¡qué cliché!)

Obituario: Rápido salió Peña del hospital, por supuesto que los Reyes de España pesan más que Guatemala. Chale, si el norte fuera el sur…

martes, 23 de junio de 2015

Mojarras enjabonadas



Ser técnico de la selección nacional mexicana es un orgullo. Llevar en sus manos la representación de todo un país y levantar la cabeza y el pecho para defender los colores patrios. Encarnar la lucha diaria de millones y millones de mexicanos que sueñan con los triunfos de su equipo, librar a la nación de todo mal y trabajar para llenar de alegrías todos esos ojos mexicanos lindos que últimamente solo están llenos de lágrimas… Es ponerse a la altura de la Virgen de Guadalupe o de Pedro Infante. Es preservar un tesoro nacional, ¡es cuidar a la madre de todos los mexicanos!

Ok, ya en serio. Ser técnico de la selección nacional, más allá de todas las estupideces que todo mundo pueda decir, es una oportunidad única que representa hincharse de billetes, aparecer en todos lados y tener una temporada de fama incomparable… Y todo eso dura hasta que se acaba la ilusión de los pamboleros y la paciencia de los dueños de la pelota. Entonces se acaban las marquesinas, la lana, el glamour, la publicidad y se vuelve a la triste realidad: Ser un caballito más en el carrusel de Dt’s de nuestra hermosa liga mexicana…

Yo, por eso, no juzgo a mi “Piojo”, Miguel –porque somos “bros”− solo está aprovechando la oportunidad que tan amablemente le ofreció la vida. No sé, supongo que se la ganó. Y las oportunidades se aprovechan, ¿sí o no?

Ahora, que le iba a ir mal en la copa América ¡pues claro! Ningún equipo en el mundo juega dos torneos veraniegos avalados por FIFA, sólo México –Jamaica no cuenta como equipo de fútbol-, y sabemos perfectamente que los juegan nada más para sacar más varo, ¿a quién le importa el prestigio deportivo? Si nunca hemos ganado nada. Y nunca lo vamos a hacer. Quitémonos la venda, somos adultos.

En ese entendido, el error de Miguel Herrera es engancharse con todo lo que le dicen. En estos tiempos de mediatez, inmediatez y redes sociales lo peor que se puede hacer es enojarse. La turba, digas lo que digas y hagas lo que hagas, se te vendrá encima. Y si no, échenle un ojo al twitter del presidente Peña, o al de AMLO, ¡los destrozan al menor movimiento!

Por eso, querido Miguel, como dijo mi Mizada Mohammed: “Si tu luz les molesta, que se pongan lentes y ¡mojarrita enjabonada!”

Obituario: Al pobre Chuayffet ya hasta se le quiebra la voz en los discursos. Por favor, que alguien le ayude.

martes, 16 de junio de 2015

Miedo



Seamos honestos, usted tiene miedo, yo también tengo miedo. Miedo de subirse a un taxi, de abordar un microbús, de caminar por las calles, hasta de entrar a alguna tienda o ir de compras a alguna plaza. Tenemos miedo, mucho miedo de que nos salga algún malandro de esos que con la mano en la cintura nos asaltan y nos quitan todo lo que se puede, incluso la vida.

Estamos jugando ruleta rusa y la bala puede salir en cualquier momento. Ya lo dice la biblia -y no soy cristiano, ni acepto propaganda protestante, ni de ninguna otra secta- "por tanto, manténganse alerta, porque nadie sabe ni el día ni la hora." Mateo 25:13. ¡Claro que la leo!

La cuestión es que ese miedo debería cambiar de lado. Los malhechores desalmados son los que deberían salir a chambear muertos de miedo. Ellos son los que deberían pensar “chale, me la voy a rifar, pero igual en el micro me linchan o me mata un poli”. Pero no es así, ellos salen muy gustosos a ponernos en la madre. Saben que si los llegan a agarrar salen “en corto”, “¡arre Lulú! ¿Sí o no ese?”

Algo debería cambiar en las leyes de este precioso país. Algo debería arreglarse. Somos presas del pánico en nuestra propia casa y vivimos angustiados. Ellos no, ellos están cagados, pero de la risa.

Por eso, la verdad, me dio gusto ver que la semana pasada le dispararon a un tipo que intentaba robar un auto. Qué bueno que lo hirieron, qué bueno que lo detuvieron y qué bueno que en su chingada vida va a volver a caminar. ¡Me alegro! A ver si les sirve de amenaza a los demás hijos−de−su−puta−madre que nos acechan a diario.

Ajá, leo la biblia, pero en este caso el dolor ajeno me llena de satisfacción. ¿Vieron la cara que puso cuando el agente llegó a desarmarlo? ¿No que muy chingón? El valor se fue corriendo junto con sus compas, con rumbo desconocido. Y jamás volverá…

Y por supuesto, muchos aplausos para el elemento que realizó tan valiente acción. En este caso, el reconocimiento social es lo más importante, porque dudo que mi Miguel Ángel Mancera le entre con algo. Ese hombre ya tiene su mente en el 2018…

Obituario: Sigo sin creerlo, ¿de veras, de veras Cuauhtémoc Blanco va a gobernar Cuernavaca? ¡Felicidades! ¡Nivelazo!

martes, 2 de junio de 2015

¿Para qué se callan?



Hoy es martes, eso significa que usted y yo y todos nosotros solamente escucharemos la basura propagandística de los distinguidos partidos políticos hasta mañana miércoles a las doce de la noche. Después de ahí se acabaron los discursos vacíos, los spots hechos por imbéciles, los anuncios que reparten mierda y los colguijes que están en todos lados y que nada más estorban (bueno no, esos no los quitan, todavía hay por ahí uno que otro con el lema “Bienestar para tu familia”, ¿se acuerdan?).

Ah, porque la ley es la ley y es tajante, nadie puede decir ni “pío” después de ese plazo. ¡NADIE! Ni siquiera el verde, que se pasa la ley por donde la selva pierde su tono tropical. 

Sin embargo yo me pregunto: ¿para qué? ¿Sirve de algo que se callen el hocico y que hagan como que todo es muy lindo? Claro que no, me respondo yo mismo, Es absurdo que después del bombardeo de estupideces que nos han aventado se pongan muy dignos y educados y guarden tres días de silencio absoluto. La ley es ilógica, no tiene caso. Mejor síganle, total, nadie los oye, los bloqueamos desde el principio. Si piensan que sus mensajes y sus “ideas” tienen alguna repercusión están totalmente equivocados. Basta echarse un clavado en las redes sociales, o salir a la calle, o caminar en un mercado para entender el grado de hartazgo que tiene el ciudadano común… Entiéndalo,  ¡nadie cree en ustedes! 

Por eso, si se callan o no, si se atacan o no, si se suben o se bajan o se estiran o se encogen o se rasgan las vestiduras nos da exactamente lo mismo. Hagan lo que se les antoje, al fin siempre hacen lo que se les antoja. Total, ¿qué más da? 

Obituario: 55% de abstinencia, ese es mi pronóstico para este domingo 7.